Sólo el ruido de la naturaleza interrumpe el reparador silencio que se experimenta en el valle del Cañón del Blanco, situado en la comuna de Curacautín, al pie del volcán sierra nevada. Es una ruta virtuosa entre el Parque Nacional Conguillío y Malalcahuello-Corralco, dos grandes destinos cada día más visitados. Allí, apostado en este valle encajonado se encuentra el Centro Turístico Termal Cañón del Blanco.

Pareciera que el tiempo se detiene en este lugar, donde se recrea la vida criolla de hace 100 años. La tranquilidad se respira y los turistas pueden disfrutar del contacto con la naturaleza, con mínima conexión a las tecnologías. Lo primero que hacemos es mostrarles los recursos naturales y geotermales del valle, principalmente las termas, en un entorno de montaña, asociado a las costumbres de los colonos que vivieron aquí en el siglo anterior, lo que genera una experiencia con contenido.

Rescatar las tradiciones del pasado campesino, maderero y ganadero de estas montañas es el espíritu de este emprendimiento familiar. Aquí se encarna la forma de vida de los colonos que habitaron esta tierra y su relación con el entorno. Se realizan actividades a la orilla de un fogón como lo hacían los hombres y mujeres de antaño, la comida es la misma de aquella época, se conversa, transmite y se comunica como antes, se programan las actividades, las cabalgatas y  caminatas.

Aquí se pernocta en un Lodge montaña, con instalaciones rústicas, pero muy confortables, rodeados de animales y todas las bondades de la naturaleza, con la hospitalidad de sus dueños,  que llevan cuatro generaciones viviendo en esta tierra.

Imperdible es hacer rutas de montaña a pie, caballo o bicicleta, llegar hasta los geiseres y barros del toro, rodeado por majestuosas araucarias, donde podrán darse un baño de barro, o bien cruzar el río blanco para llegar hasta las tinas de la vaca y sumergirse en las más exquisitas aguas termales.

Toda jornada termina en el fogón donde podrán disfrutar de un asado al palo, un mate o un vaso de vino sureño,  posteriormente un relajador baño termal nocturno en las piletas y finalizar durmiendo en el hostal o camping bajo el hermoso cielo Araucano.

No hay lujos, porque lo que se encuentra en el Cañón del Blanco es de un estilo “rustico-sofisticado”. Se llega para disfrutar del silencio, el olor a campo, el cielo limpio y la vida tranquila.

Cristian Parra Oyarce

Gerente